En una acción sin precedentes, las autoridades chilenas llevaron a cabo la «Operación Mediterráneo», un trabajo conjunto entre la Aduana de Valparaíso, la Policía de Investigaciones (PDI) y el Ministerio Público, que culminó con el desmantelamiento de una sofisticada red de narcotráfico internacional. Este operativo marcó un hito en la historia policial del país al utilizar por primera vez el mecanismo de entrega vigilada de drogas desde Chile hacia Europa por vía marítima.
El hallazgo inicial: Una alerta sospechosa
El caso se inició gracias a la detección de una operación comercial inusual por parte de la Aduana de Valparaíso. Una empresa de reciente creación, con un perfil poco común, exportaba maquinaria agrícola de alta tecnología a Europa, un movimiento contrario a lo habitual. Este detalle despertó las alarmas del equipo de análisis de la Aduana, quienes investigaron a fondo la transacción.
Según Braulio Cubillos, director regional de la Aduana de Valparaíso, «la particularidad de esta operación, junto con otros antecedentes como la reciente constitución de la empresa y el perfil de sus integrantes, nos permitió detectar que algo no era usual».
El rol de la inteligencia conjunta
Tras identificar los primeros indicios, Aduanas alertó a la PDI, que inició una investigación en profundidad. La colaboración con el Ministerio Público y el intercambio de información a nivel internacional fortalecieron el caso. Se logró confirmar que la maquinaria contenía droga escondida dentro de rodillos de acero, diseñados para evadir controles mediante técnicas avanzadas de ocultamiento.
El operativo incluyó el uso de escáneres, guías caninos y análisis detallados. Finalmente, tras una perforación estratégica, se descubrieron más de 60 kilogramos de droga, lo que podría haberse convertido en más de 2.000 millones de pesos de ganancias para la banda.
Según Braulio Cubillos, director regional de la Aduana de Valparaíso, «la particularidad de esta operación, junto con otros antecedentes como la reciente constitución de la empresa y el perfil de sus integrantes, nos permitió detectar que algo no era usual».
Entrega vigilada: Desarticulación de la red criminal
En lugar de incautar de inmediato toda la droga, las autoridades optaron por una entrega controlada, permitiendo que una parte del cargamento siguiera su curso para identificar a los receptores en Europa. Esto llevó a la detención de individuos en Francia y Chile, incluidos tres líderes que operaban desde cárceles chilenas.
La operación desnudó un modus operandi cada vez más utilizado: el uso de rutas marítimas para el narcotráfico. Este método, considerado estratégico por los delincuentes, pasa por menos puntos de control en comparación con las rutas terrestres.
El operativo incluyó el uso de escáneres, guías caninos y análisis detallados. Finalmente, tras una perforación estratégica, se descubrieron más de 60 kilogramos de droga, lo que podría haberse convertido en más de 2.000 millones de pesos de ganancias para la banda.
Según Braulio Cubillos, director regional de la Aduana de Valparaíso, «la particularidad de esta operación, junto con otros antecedentes como la reciente constitución de la empresa y el perfil de sus integrantes, nos permitió detectar que algo no era usual».
El desafío del tráfico marítimo
El caso de la Operación Mediterráneo pone en evidencia el creciente uso de puertos chilenos como puntos clave en el tráfico de drogas hacia Europa. Organismos internacionales, como la ONU, han señalado al puerto de San Antonio como un foco neurálgico en estas rutas.
Cubillos destacó la importancia del trabajo conjunto entre Valparaíso y San Antonio, asegurando que se está avanzando hacia una estrategia unificada de seguridad portuaria. «La colaboración internacional y la mejora continua de nuestros sistemas de análisis serán clave para enfrentar este desafío», afirmó.
La operación desnudó un modus operandi cada vez más utilizado: el uso de rutas marítimas para el narcotráfico. Este método, considerado estratégico por los delincuentes, pasa por menos puntos de control en comparación con las rutas terrestres.
El operativo incluyó el uso de escáneres, guías caninos y análisis detallados. Finalmente, tras una perforación estratégica, se descubrieron más de 60 kilogramos de droga, lo que podría haberse convertido en más de 2.000 millones de pesos de ganancias para la banda.
Según Braulio Cubillos, director regional de la Aduana de Valparaíso, «la particularidad de esta operación, junto con otros antecedentes como la reciente constitución de la empresa y el perfil de sus integrantes, nos permitió detectar que algo no era usual».
Impacto y lecciones aprendidas
Este operativo representa un golpe significativo al narcotráfico, no solo por la cantidad de droga incautada, sino por haber desmantelado una red que planeaba expandir sus operaciones. Además, refuerza la necesidad de fortalecer la cooperación entre instituciones nacionales e internacionales para combatir el crimen organizado.
La Operación Mediterráneo deja una lección clara: el narcotráfico es cada vez más sofisticado, pero el trabajo conjunto y la atención a los detalles pueden marcar la diferencia en la lucha contra este flagelo global.
Cubillos destacó la importancia del trabajo conjunto entre Valparaíso y San Antonio, asegurando que se está avanzando hacia una estrategia unificada de seguridad portuaria. «La colaboración internacional y la mejora continua de nuestros sistemas de análisis serán clave para enfrentar este desafío», afirmó.
La operación desnudó un modus operandi cada vez más utilizado: el uso de rutas marítimas para el narcotráfico. Este método, considerado estratégico por los delincuentes, pasa por menos puntos de control en comparación con las rutas terrestres.
El operativo incluyó el uso de escáneres, guías caninos y análisis detallados. Finalmente, tras una perforación estratégica, se descubrieron más de 60 kilogramos de droga, lo que podría haberse convertido en más de 2.000 millones de pesos de ganancias para la banda.
Según Braulio Cubillos, director regional de la Aduana de Valparaíso, «la particularidad de esta operación, junto con otros antecedentes como la reciente constitución de la empresa y el perfil de sus integrantes, nos permitió detectar que algo no era usual».